Durante la semana pasada, todos los alumnos del colegio visitaron la capilla para dedicar un tiempo a la oración y a la reflexión. Fue un momento especial para prepararnos juntos para la celebración del Día de Todos los Santos, una fecha que nos invita a mirar con esperanza el ejemplo de quienes vivieron con amor y fidelidad a Dios.

A lo largo de estos días, cada clase pasó por la capilla para detenerse, hacer silencio y dejar espacio al encuentro con Dios. Guiados por sus profesores, los niños y jóvenes reflexionaron sobre lo que significa ser santo hoy, descubriendo que la santidad no es algo reservado a unos pocos, sino un camino que todos podemos recorrer en la vida cotidiana.

Inspirados por la vida de tantos santos y, de modo especial, por el ejemplo de Santa María Rosa Molas, nuestra fundadora, aprendimos que ser santo consiste en vivir con un corazón grande: en amar, perdonar, ayudar, compartir y confiar siempre en el Señor.

La preparación para esta fiesta nos recuerda que cada uno puede ser signo del amor incondicional de Dios allí donde está. Con pequeños gestos, con alegría y con fe, seguimos construyendo juntos ese camino de santidad al que todos estamos llamados.