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Nuestra historia

La fundación de nuestro Colegio se debe a la generosidad de D. José Mª Rodríguez Ruíz, magistrado jubilado, que en 1912 donó su casa y su huerto a las Hermanas de la Consolación para edificar un colegio donde los niños y las niñas de Villacañas recibiesen una formación adecuada y pusieran los fundamentos de lavida cristiana, según la pedagogía y carisma de Mª Rosa Molas. Se inauguró el 12 de noviembre de 1914 con el nombre de Colegio Ntra Sra de la Consolación.

En un primer momento se disponía de tres clases, una de párvulos de ambos sexos, y dos clases más, una para niñas con recursos económicos y otra para niñas sin recursos, financiada también por el fundador, a través de distintos medios. Esta aula gratuita mantenida desde los orígenes será el motivo por el que el Ministerio de Educación Nacional, en 1948, conceda la primera subvención.

Durante la guerra civil, las Hermanas tuvieron que salir y el colegio se utilizó como cuartel. Gracias a la ayuda y creatividad de algunas familias y alumnos se logró recuperar y restaurar de nuevo en 1939.

Con el devenir del tiempo, el Colegio ha seguido creciendo y actualmente es un Centro concertado con dos líneas, que acoge a niños y jóvenes desde Infantil hasta ESO.

A través del Proyecto Educativo nuestra Comunidad Educativa ofrece un marco referencial como posibilidad para el desarrollo de la personalidad de nuestros alumnos. Queremos expresar nuestra identidad y la forma de abordar la realidad educativa teniendo como referencia la figura y el estilo de María Rosa Molas Molas, definida por Pablo VI como maestra en humanidad; si bien ella no inventó un método pedagógico nuevo, sí creó un ambiente, un estilo cotidiano de vida, altamente humano y humanizador, con una dimensión profundamente religiosa. Imprimió a sus escuelas un estilo de PRESENCIA hecha de respeto y cercanía, bondad y firmeza, confianza y colaboración, trabajo y alegría, esfuerzo y fortaleza.

La cohesión de todo el Claustro y del personal administrativo o que presta otros servicios, en torno al Proyecto del Centro, contribuye a dar vida a nuestro sueño: educar, formar y acompañar, tres acciones que se concretan en la atención personalizada a los alumnos en las distintas etapas evolutivas por las que pasan, intentando que se desarrollen todas sus potencialidades; tres acciones en estrecha concordancia con las dimensiones de nuestra acción pastoral: humana, cristiana y carismática.

Hoy como ayer, el Centro no es un ente aislado, sino que está inserto en un medio social, económico, religioso y cultural, donde padres y educadores trabajamos en estrecha colaboración. La acogida y la respuesta por parte del pueblo continúa siendo viva y creativa, con una fuerte integración en la Parroquia. Con perspectiva de futuro deseamos que en nuestro Centro se eduque y forme para un mañana y un mundo mejores.